Esta semana San nos hace una genial propuesta, escribir un relato con el pie cambiado y para cambiarnos el pie nos impone comenzar el relato con la frase que en el mío aparece en rojo.
Otros relatos bajo la misma premisa se pueden leer desde este enlace.
Ayer fue miércoles toda la mañana. Por la tarde cambió: se puso casi lunes, lo cual resultó desconcertante. Especialmente para Nacho. Para él el orden lo es todo.
El pobre sigue arreando a las cigüeñas del campanario para que migren. Les recuerda que llegará el invierno y que deben viajar a tierras más cálidas sin entender que sigan ahí, tan panchas. Nacho es menos consciente del cambio climático que las propias cigüeñas.
Para él todo es un sindiós y cuando lo dice le imagino como Saza en amanece que no es poco, vestido de guardia civil y disparando al sol que sale por poniente.
Pobre Nacho, siendo un chico tan ordenado se está convirtiendo en un inadaptado. Y no porque él no haya aprendido bien lo que nos han enseñado, sino justamente por lo contrario, porque el to ha aprehendido. Con uñas y dientes.
Los demás hemos aprendido a relativizarlo todo y cuando digo todo digo todo. Es decir, todo.
¿Quién cree en la coherencia? ¿Quién cree en la lógica? ¿Quién cree en una verdad única?
Nacho. Nadie más.
Nos hemos hecho tan cínicos que aceptamos todo. Como en el chiste, creemos que dos más dos suman lo que decida que sume quien manda. Solo hay una persona que dirá cuatro.
¿Adivináis quien?
Nacho. Claro.
Hablando como estoy de él creo que merece ser premiado. Dénle un premio Nobel, varios Óscar, un montón de Grammies o, algo que realmente le emocionaría, una medalla de oro olímpica en patinaje artístico, aunque cada vez que se calza los patines se pega una bofetada espectacular. Bueno, ¿Eso importa?
A Nacho sí.
Ahí se va, a su paso, cambiado, diríamos los demás, pero porque es el único que mantiene el ritmo de siempre.
El pobre sigue arreando a las cigüeñas del campanario para que migren. Les recuerda que llegará el invierno y que deben viajar a tierras más cálidas sin entender que sigan ahí, tan panchas. Nacho es menos consciente del cambio climático que las propias cigüeñas.
Para él todo es un sindiós y cuando lo dice le imagino como Saza en amanece que no es poco, vestido de guardia civil y disparando al sol que sale por poniente.
Pobre Nacho, siendo un chico tan ordenado se está convirtiendo en un inadaptado. Y no porque él no haya aprendido bien lo que nos han enseñado, sino justamente por lo contrario, porque el to ha aprehendido. Con uñas y dientes.
Los demás hemos aprendido a relativizarlo todo y cuando digo todo digo todo. Es decir, todo.
¿Quién cree en la coherencia? ¿Quién cree en la lógica? ¿Quién cree en una verdad única?
Nacho. Nadie más.
Nos hemos hecho tan cínicos que aceptamos todo. Como en el chiste, creemos que dos más dos suman lo que decida que sume quien manda. Solo hay una persona que dirá cuatro.
¿Adivináis quien?
Nacho. Claro.
Hablando como estoy de él creo que merece ser premiado. Dénle un premio Nobel, varios Óscar, un montón de Grammies o, algo que realmente le emocionaría, una medalla de oro olímpica en patinaje artístico, aunque cada vez que se calza los patines se pega una bofetada espectacular. Bueno, ¿Eso importa?
A Nacho sí.
Ahí se va, a su paso, cambiado, diríamos los demás, pero porque es el único que mantiene el ritmo de siempre.
16 comentarios:
Pues demos ese Oscar y todos los premios a Nacho , por ser como es .. y no importa cuantas veces caiga ..seguro que se levanta con mucho más animo ..
Feliz noche y un abrazo.
Un premio y un hurra para Nacho, las cosas estan bien cuando lo estan y si funcionan no hay que cambiarlas como dice la máxima informática. Un abrazo
Mi aplauso más enfervorecido para Nacho y para el autor de este relato tan entrañable.
Yo quiero un MUNDO, llenito de Nachos.
Yo quiero ser Nacho.
Como siempre genial.
Besos ordenados.
¡Hola! ¡Qué genial la actitud de Nacho! Tan firme con sus ideas y a su ritmo ¡me ha encantado eso!
¡Un abrazo!
Mientras la lógica solo sea una estratagema para vivir y no el lógico vehículo para razonar, los Nachos del mundo seguirán sin medalla.
Un abrazo.
Creo que me llevaría bien con Nacho. Un aplauso para él!
Bss
Lo que hay que hacer es levantarnos cuando nos caemos, como el. Buen ejemplo.
Abrazo repetido.
Y seguirá luchando porque no es una cuestión de premios ni nombramientos, es de creencias, de aprendizaje de lo bueno (que tanto cuesta)... y nadie aprende por aprender. Cierto las circunstancias cambian y según dice toca adaptarse o morir...
Seguiré cediendo mi sitio en el metro al anciano. Porque hay cosas que no cambian, a veces, hay que saber despegar la mirada de la pantalla y ver que hay alrededor.
Besos!!
Nacha
Seguir creyendo en lo lógico, en lo que debiera ser sin dudar, sin sospechas de conspiraciones extrañas que todo lo alcanzan, un tipo raro ese Nacho!
Un buen texto que ha sido un placer leer.
Un abrazo
El pobre Nacho no le iban las incoherencias, cosa que ahora están de moda, cada vez somos menos coherentes.
Un abrazo
Acabo de enamorarme de Nacho, de este chico sencillo y tan sabio. Que lujo poder compartir la vida con él, que suerte poder ser amigos y mantener una larga charla. Sí, me he enamorado de Nacho.
Besos Juan Carlos y gracias por acompañarme.
No estoy segura si tanto orden, tanta precisión sean benévolas con el destrampe de los días.
Debería haber mas Nachos, buen relato, un beso, Juan
Desde luego que Nacho se merece todos los premios. harian falta muchos Nachos para mantener un mundo que se ha vuelto alocado e insensible, magnífca reflexión,smigo J. Carlos. BEsos.
Me ha gustado Nacho, seguramente no conseguirá un mundo en orden, pero eso sí, será el que, a fuerza de intentarlo, más se aproxime.
Buen relato, Juan Carlos.
Un fuerte abrazo.
La fuerza, el tesón, la esperanza...Nacho, ese regalo del ser "diferente" que tu nos traes hoy. Gracias.
Un abrazo
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