Nada es un tema muy aplicable para definir lo que llevo haciendo en el blog en lo que va de mes. Y como en este tiempo he visto lo que he podido (poco) de los juegos olímpicos, sobre esa idea va mi relato.
Viajó a Rio de Janeiro cargada de fe.
Competir en unos juegos olímpicos era un
sueño y su intención es que ese sueño se cumpliera, sería un milagro, ¿por
qué no? Una persona es una persona, con cuerpo similar y cada una dará tanto
como pueda para ganar. ¿Por qué no podría ser ella?
Salió a la pista dando
todo lo que podía y fue comprobando como las grandes figuras quedaban lejos, más
lejos, muy lejos.
Su sueño se quedó en nada, el milagro no
se produjo.
Todas las palabras de ánimo que recibió
no fueron eficaces. Sí lo fue la vivencia, que la animó a soñar en que cuatro años más adelante podríarepetir la experiencia, sabiendo que aunque no lograra un triunfo, sería algo
más que nada, un figurante necesario para que quedara redonda la fiesta del
ideal olímpico.
Otras visiones de la nada aquí.