Esta semana Auxi propone escribir jugando con el doble sentido de las palabras que empleemos. Los relatos resultantes están aqí, en las Llanuras Abisales .
Esta semana, siguiendo la ronda de colaboraciones con amigos, mi relato está escrito junto a Esilleviana. Y es el siguiente:
El médico se amparó en el secreto profesional para no
delatar la falta de acuerdo que existía entre ellos. Habría sido imposible descifrar el secreto de la caja de fuerte
desde que el silencio dominó sus voluntades portando cada uno, un proyecto
secreto.
Ella, en cambio, segura de la delación del médico, se miraba compulsivamente
en la luna del espejo, obsesionada al ver que todos los lunares que tenía
repartidos por su cuerpo, se mostraban irreflexivos ante la fase lunar de ese
instante en el que nuestro planeta se situaba exactamente entre el Sol y la
Luna: el Plenilunio.
“El estrés”, pensaba.
Los inspectores de la
secreta abandonaron la consulta del médico sin plantearse formular ningún
cargo. Ella no dejó de temer que su secreto fuera revelado hasta el siguiente
plenilunio. Entonces comprendió que sus secretos estaban confinados al olvido y
las máculas que podían haber empañado su prestigio habían volado como los
lunares azules mal cosidos a una blusa blanca llevados
por el ímpetu del viento de la primavera.
En secreto, mientras
comprobaba como sus lunares estaban de nuevo en sus sitios, agradeció el
silencio del médico. Tan en secreto que éste, cientos de lunas más tarde, aún
no lo sabe.